En los viajes, los lugares más pequeños y desconocidos pueden llegar a darnos muchas sorpresas. Es el caso de Wamba, un pequeño pueblo de la provincia de Valladolid que tiene una increíble historia y puede estar bien orgulloso de albergar algunas de las curiosidades más llamativas de España, como tener el mayor osario del país. Precisamente en este post te cuento cómo visitar el osario de Wamba y, ya de paso, conocer las demás joyas que esconde.
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Qué significa Wamba
Que Wamba tenga la mayor capilla de huesos humanos de España no es la única curiosidad que rodea a este pueblo de apenas 300 habitantes. Puede presumir, además, de ser el único pueblo de nuestro país que comienza por W. ¿Y cómo se pronuncia? «Bamba», como la canción. ¡Seguro que así no se te olvida!
Pero, ¿de dónde sale este nombre tan extraño? El nombre le viene del rey visigodo Wamba quien, tras la muerte de Recesvinto, fue elegido como su sucesor en este lugar en el año 672. Y es que, además de sus curiosidades, Wamba es un pueblo con muchísima historia.
Breve historia de Wamba
Todo parece indicar que los orígenes del pueblo se remontan a la época visigoda. Parece ser que por aquella época en la que gobernaba Recesvinto ya había una iglesia en Wamba, pues era una villa de descanso para el rey godo.
De la época visigoda, más allá del nombre, no queda nada visible, y es que durante la Reconquista, en el proceso de repoblación del territorio ganado a los musulmanes, se construye una nueva iglesia sobre la anterior, esta vez mozárabe. Más tarde, en el siglo XII, la infanta doña Sancha Raimúndez dona el monasterio de Wamba a los Caballeros Hospitalarios de la Orden de San Juan de Jerusalén (Orden de Malta), quienes dejan un gran legado en la ampliación del templo.
La presencia de los caballeros hospitalarios hizo que la importancia del monasterio de Wamba creciera, y el pueblo pasó a tener su propia Encomienda. Ya con la desamortización el monasterio se abandonó, quedando solo abierta la iglesia para el culto, por lo que en los últimos siglos se ha perdido parte de su patrimonio arquitectónico, como el claustro.
Qué ver en Wamba
La historia del pueblo de Wamba se cuenta entre las paredes de su Iglesia de Santa María, que es su principal monumento. Aun con la pérdida de patrimonio de los últimos siglos, la iglesia posee todavía muchos tesoros en su interior (incluido el osario), por lo que merece la pena acercarse a visitarla. La visita guiada cuesta solamente 2,5€ y para realizarla simplemente tienes que entrar a preguntar al ayuntamiento, que está al lado de la iglesia.
Capitel corintio de Constantinopla
Nada más entrar en la iglesia, hay una pieza que podría pasar desapercibida, pues se sitúa a los pies de una columna. Ahora bien, hay que fijarse en ella, pues es uno de los elementos más antiguos de la iglesia, sino el que más. Se trata de un capitel bizantino de mármol, traído de importación desde el Mediterráneo oriental.
Cabecera mozárabe
La iglesia de Santa María posee una gran mezcla de estilos, pues con tanta historia son muchas las culturas que han ido decorando y ampliando el templo. Tras los visigodos se levantó la iglesia mozárabe, en el siglo X. Se trataba de un edificio pequeño, adornado con varios arcos de herradura que aún son visibles en la parte del altar. Allí, tras el altar, aún se pueden ver los restos de las pinturas murales que lo adornaban en aquella época.
Ampliación románica
Con la llegada de los Caballeros Hospitalarios de la Orden de Malta se lleva a cabo una ampliación de la iglesia, con decoración tardorrománica. En el interior destacan las 6 columnas con sus capiteles decorados con formas humanas y vegetales, que representan el ciclo de la vida. Estas columnas, además, nos permiten distinguir hasta dónde llegaba el templo mozárabe y cuál fue la ampliación realizada más tarde.
Los Caballeros Hospitalarios también hicieron ampliaciones en el monasterio, añadiendo el actual baptisterio, que era una capilla, así como el Árbol de la vida o la Capilla de San Juan Bautista, su patrono. En todas estas dependencias se puede ver aún la Cruz de Malta, en color blanco y de 8 puntas.
Uno de los elementos decorativos más llamativos es precisamente ese Árbol de la vida, que se encuentra en lo que era la zona de paso entre el claustro del monasterio y la iglesia. Se trata de una columna que imita a una palmera, siendo los bloques de piedra el tronco y las 4 aristas del techo, las hojas.
Ya fuera, en la fachada a los pies del templo se puede apreciar la decoración románica, del año 1195. De 6 columnas surgen las arquivoltas, decoradas con motivos geométricos, y sobre ellas, 11 canecillos que sostienen un pequeño vuelo que hace de protección al ingreso. Esta fachada fue tapiada y descubierta en una restauración reciente, por lo que se ha podido conservar bastante bien.
Sepulcros de Urraca de Portugal y Andrés del Arroyo
Volviendo al interior de la iglesia, además de sus decoraciones mozárabes y tardorrománicas, llaman la atención dos sepulturas. Una de ellas cuenta con mucha ornamentación, correspondiente a un estilo gótico del siglo XVI, y se trata de la tumba de don Andrés del Arroyo y su esposa. Debido al detalle que posee la decoración, indica que fueron personas importantes de la época.
Otra más sencilla es la conocida como Capilla de la Reina, donde descansa Urraca de Portugal, quien fuera hija de Alfonso I, primer rey de Portugal. Fue reina consorte de León, pero su matrimonio con Fernando II se declaró nulo por ser primos y acabó por entrar en la Orden de San Juan de Jerusalén, retirándose a pasar sus últimos días en el monasterio de Wamba. Allí murió en 1211 y allí sigue enterrada.
Osario de Wamba
Una de las pocas dependencias del antiguo claustro del monasterio que queda en pie es una antigua capilla donde se encuentra el famoso osario de Wamba. Se trata del mayor osario de España y el más antiguo, pues alberga los huesos de unas 3.000 personas entre los siglos XIII y XVII. Se cree que tuvo unos 10.000 enterramientos y que los huesos llegaban a hacer bóveda en el techo.
Los restos pertenecen a vecinos y religiosos, pero como la iglesia tuvo una función hospitalaria durante la Edad Media, es posible que entre ellos también haya peregrinos procedentes del hospital del monasterio. Aunque es una capilla pequeña, impresiona ver todos los huesos y calaveras, que parece que te observan en cuanto entras en su lugar de descanso.
Cómo llegar a Wamba
Wamba es un pueblo pequeño, por lo que no tiene grandes comunicaciones. La manera más fácil para llegar es en coche (si no tienes, puedes alquilar uno aquí). Desde Valladolid hay apenas 20 minutos de trayecto, y puedes combinar la visita con una ruta por otros pueblos cercanos que también son interesantes, como La Santa Espina, Urueña o Simancas.
Otra forma de visitar Wamba es haciendo el Camino de Santiago. Wamba se encuentra en el recorrido de la etapa 9 del Camino de Madrid, que va desde Puente Duero a Peñaflor de Hornija. Puedes por tanto llegar caminando, o haciendo una ruta en bicicleta, pues es una zona muy concurrida por los amantes de este deporte.
Como ves, Wamba es un pueblo pequeño, pero muy interesante y con mucha historia por descubrir. A la hora de hacer una ruta por la provincia de Valladolid, debe estar en tu itinerario, pues es uno de los lugares más curiosos que te encontrarás por la zona.