Tarazona es una de esas ciudades que sorprenden por su impresionante legado histórico y arquitectónico. La visité en 2018 y por ello hoy te cuento qué ver en Tarazona, para que puedas conocerla y descubrir los lugares más interesantes que se esconden entre sus callejuelas.

Este artículo forma parte de la guía para viajar por España
Qué ver en Tarazona
El origen de Tarazona se sitúa en la época de los íberos, y fue más tarde conocida como Turiaso durante la dominación romana, lo que le permitió consolidarse como un importante centro comercial y administrativo. La ciudad vivió un florecimiento en la Edad Media, especialmente bajo el dominio musulmán, hasta que fue tomada por Alfonso I el Batallador en 1119, pasando a formar parte del Reino de Aragón. Durante esta época, Tarazona se convirtió en un próspero núcleo de intercambio cultural y económico entre las distintas culturas que convivían en la península.
En los siglos posteriores, Tarazona continuó siendo un importante centro de actividad, con un notable auge en el Renacimiento, como lo demuestra su impresionante catedral, construida entre los siglos XII y XVI, que fusiona diversos estilos arquitectónicos. A lo largo de los siglos, Tarazona vivió períodos de crecimiento y de declive, y en la actualidad, el fenómeno de la despoblación ha afectado su desarrollo, dejando algunos de sus monumentos en un estado de conservación mejorable.
Catedral de Santa María de la Huerta
Conocida como «La Capilla Sixtina del Renacimiento español» y considerada un Monumento Nacional desde 1929, la Catedral de Santa María de la Huerta es una de las joyas arquitectónicas más importantes de Aragón. Su construcción comenzó en el siglo XII bajo el reinado de Alfonso I el Batallador, aunque su edificación se prolongó durante varios siglos, lo que permitió la incorporación de diferentes estilos arquitectónicos, desde el románico hasta el gótico. La catedral se caracteriza por su imponente fachada, que presenta una mezcla de elementos románicos, góticos y renacentistas, y por su interior, con una nave central y una serie de capillas laterales que albergan obras de gran valor artístico.
Uno de los aspectos más destacados de la Catedral de Santa María de la Huerta es su impresionante cúpula mudéjar, que refleja la influencia de la tradición musulmana en la arquitectura cristiana de la época. Esta cúpula, de gran belleza y singularidad, es uno de los elementos más distintivos del edificio y constituye un claro símbolo de la convivencia de las distintas culturas en la Edad Media. Además, la catedral alberga varios retablos, esculturas y pinturas que complementan su valor artístico y cultural.

Plaza de Toros Vieja
Al lado de la Catedral está la Plaza de Toros Vieja, uno de los monumentos más antiguos y emblemáticos de la ciudad, con una historia que se remonta al siglo XVIII. Construida en 1780, esta plaza de toros destaca por su singularidad, ya que, a diferencia de otras plazas de toros de la misma época, está hecha de piedra y no de madera. La Plaza de Toros Vieja, con capacidad para unos 3.000 espectadores, fue escenario de numerosas corridas de toros y eventos populares hasta que se construyó una nueva plaza en la ciudad en el siglo XX.
Su estructura, de forma octogonal y con un claro diseño neoclásico, presenta una serie de arcos de medio punto que rodean la arena. Aunque hoy en día la Plaza de Toros Vieja ya no se utiliza para eventos taurinos, sigue siendo un importante símbolo del patrimonio cultural de Tarazona. El edificio ha sido restaurado y conservado como parte del legado histórico de la ciudad, y en la actualidad alberga viviendas.

Palacio Episcopal de Tarazona
Situado en el centro de Tarazona, este palacio fue construido en el siglo XVIII sobre los restos de una antigua edificación medieval, sirviendo como residencia de los obispos de la diócesis de Tarazona. El edificio fue diseñado por el arquitecto Francisco Herrera el Mozo, hijo de Francisco de Herrera el Viejo, y su estilo mezcla elementos barrocos con detalles propios de la arquitectura aragonesa. Su fachada es un ejemplo de la grandeza de la época, con una combinación de elementos decorativos que realzan la majestuosidad del edificio, mientras que su interior alberga una serie de salones y espacios que reflejan la vida cortesana del siglo XVIII.
Iglesia de Santa María Magdalena
Cerca del palacio está la Iglesia de Santa María Magdalena, un destacado ejemplo de la arquitectura gótica aragonesa, construida entre los siglos XIV y XV. Destaca por su imponente fachada de ladrillo y su esbelto campanario de estilo mudéjar, que se alza sobre la ciudad. La iglesia fue fundada por la comunidad medieval de la ciudad como un centro de culto, y ha sido testigo de diversas reformas a lo largo de los siglos. Uno de los elementos más destacados de la iglesia es su magnífico retablo mayor, una obra maestra de la escultura y la pintura que representa escenas bíblicas y que ha sido restaurado para preservar su belleza original.

Iglesia de San Atilano
Subiendo por la misma calle de la iglesia llegarás a otro templo de gran valor histórico y arquitectónico que data de los siglos XII y XIII. Se trata de una antigua iglesia dedicada a San Atilano, patrón de la ciudad, que hoy en día ha sido transformado en espacio cultural y de interpretación histórica. La entrada es gratuita y allí puedes ver una exposición permanente sobre las tradiciones y festividades turiasonenses.

Fiesta del Cipotegato
Una de esas tradiciones es el Cipotegato, fiesta celebrada cada 27 de agosto en honor al recién mencionado San Atilano. Durante esta fiesta, una figura central conocida como el Cipotegato, un joven disfrazado con pantalones cortos, camiseta a rayas y una máscara de madera, recorre las calles del casco antiguo lanzando tomates a la multitud. Este evento, cargado de emoción y alegría, tiene sus raíces en la Edad Media, aunque su origen exacto sigue siendo un misterio. La tradición del Cipotegato simboliza, según algunas interpretaciones, la resistencia y la lucha del pueblo de Tarazona ante diversas adversidades a lo largo de la historia.
La celebración del Cipotegato se ha convertido en uno de los principales atractivos turísticos de Tarazona, atrayendo a miles de personas cada año. El momento culminante de la festividad es la carrera en la que el Cipotegato se enfrenta a la multitud, rodeado de una gran algarabía y el lanzamiento constante de tomates. La gente se agrupa en las plazas y calles para recibir al protagonista, que suele ser perseguido por la multitud a lo largo del recorrido.

Judería de Tarazona
La Judería de Tarazona es un conjunto histórico que conserva la huella de la importante comunidad judía que habitó la ciudad durante la Edad Media, particularmente entre los siglos XII y XV. Este barrio, situado en la parte alta de la ciudad, se caracteriza por su trazado laberíntico de calles estrechas y empinadas, que reflejan la organización y el estilo de vida de los judíos medievales. La Judería de Tarazona no solo destaca por su arquitectura, sino también por la riqueza cultural y religiosa que aportó la comunidad judía a la ciudad, siendo un importante centro de intercambio comercial y de saber en su época.
A lo largo de los siglos, la Judería de Tarazona sufrió diversas transformaciones, especialmente después de la expulsión de los judíos en 1492, lo que llevó a la modificación de muchos de sus edificios y la integración de la comunidad en la vida cristiana de la ciudad. Sin embargo, la zona ha logrado preservar su carácter único, siendo reconocida como un ejemplo de convivencia intercultural entre cristianos, musulmanes y judíos. Entre los restos que aún se conservan, se encuentra la antigua sinagoga, que hoy alberga el Centro de Interpretación de la Judería, y diversas casas de estilo medieval que evocan el esplendor de aquel tiempo.
Casas Colgadas de Tarazona
Dentro de la judería, uno de los rincones más curiosos lo verás desde una placita al final de la calle Judería. Se trata de las Casas Colgadas de la Judería de Tarazona, que se asoman a la ladera de la colina construidas sobre un precipicio, lo que les da la apariencia de «colgar» sobre el vacío. Su origen se remonta a la Edad Media y están diseñadas en varios niveles, con balcones de madera y balconadas que sobresalen hacia la calle.

Ayuntamiento de Tarazona
La Casa Consistorial de Tarazona fue construida entre 1557 y 1563, inicialmente como una Lonja, mirador de bueyes y graneros, aprovechando su ubicación junto a la muralla de la ciudad, en la Plaza Mayor. A mediados del siglo XVII, el edificio comenzó a ser utilizado como Casa Consistorial. Su diseño incluía una galería de arquillos en la última planta, que servía como mirador para la corporación municipal, permitiéndoles contemplar los espectáculos taurinos y las procesiones religiosas. Con el tiempo, esta función de mirador fue perdiéndose debido a la construcción de la plaza de toros.
La fachada de la Casa Consistorial es única, con una decoración escultórica realizada en dos momentos. Un friso tallado en yeso, que representa la marcha de Carlos V tras su coronación, adorna la parte superior de la fachada, junto a escudos de Carlos V, Aragón y Tarazona. En el piso principal, destacan figuras alegóricas de la Justicia y la Sabiduría, así como tres personajes hercúleos que aluden a la fundación de Tarazona. A lo largo de su historia, el edificio ha sido objeto de numerosas reformas, siendo la más significativa la restauración realizada entre 1968 y 1973 por el arquitecto Fernando Chueca Goitia, quien introdujo una galería de arcos imitando la del monasterio de Santa María de Veruela, con los escudos de los abades verolenses.

Murallas de Tarazona
Por último, antes de terminar tu ruta por Tarazona, presta atención a sus murallas. Su construcción se remonta a la época musulmana, aunque fue ampliada y modificada a lo largo de los siglos, especialmente durante la dominación cristiana, para reforzar la defensa de la ciudad. Estas murallas, que rodeaban el casco antiguo, fueron testigos de numerosos enfrentamientos y eventos históricos que marcaron el destino de Tarazona. A lo largo de su extensión, todavía se conservan varios tramos de murallas, con torres y puertas que, en su época, cumplían una función defensiva y de control del acceso a la ciudad.
Cómo llegar a Tarazona
Tarazona es una ciudad bien conectada con Zaragoza, Soria y otras localidades cercanas, lo que facilita su acceso tanto en coche como en transporte público. A continuación, te explico las mejores opciones para llegar a este destino histórico.
Cómo ir a Tarazona en coche
Si prefieres viajar en coche, Tarazona cuenta con buenas carreteras que la comunican con las principales ciudades cercanas:
- Desde Zaragoza: la opción más rápida es tomar la N-122 en dirección a Borja y seguir las indicaciones hasta Tarazona. El trayecto dura aproximadamente 1 hora con paisajes típicos de la región aragonesa.
- Desde Soria: para llegar desde Soria, la mejor ruta es tomar la N-122 en dirección oeste. El viaje dura unos 45 minutos, pasando por localidades como Ágreda antes de llegar a Tarazona.
- Desde Madrid: si viajas desde la capital, la mejor opción es tomar la A-2 hasta Zaragoza y luego continuar por la N-122. El trayecto total es de unas 3 horas y 30 minutos.
Tarazona dispone de varias zonas de aparcamiento gratuito cerca del centro histórico, lo que hace que moverse en coche sea bastante cómodo.
Viajar a Tarazona en transporte público
Si prefieres utilizar el transporte público, las opciones más recomendables son el autobús y el tren, aunque este último requiere combinar con otros medios de transporte.
- En autobús desde Zaragoza: la compañía Ágreda Automóviles opera varias rutas diarias entre Zaragoza y Tarazona. El viaje dura aproximadamente 1 hora y 15 minutos, con salidas desde la Estación Central de Autobuses de Zaragoza.
- En tren desde Zaragoza: no hay una estación de tren en Tarazona, pero puedes tomar un tren de Renfe hasta Tudela y, desde allí, un autobús que cubre el trayecto hasta Tarazona en unos 30 minutos.
Si viajas desde Madrid o Barcelona, lo más recomendable es llegar primero a Zaragoza en tren de alta velocidad (AVE) o autobús y luego tomar un autobús directo a Tarazona.
Sin duda, hay muchas cosas que hacer en Tarazona y es un destino que vale la pena descubrir. Es cierto que la despoblación ha dejado su huella, pero eso no hace más que añadirle un aura especial, como un tesoro olvidado esperando ser redescubierto. Si buscas un viaje con historia, monumentos impresionantes y una esencia auténtica, Tarazona te sorprenderá.
Estela Gómez
Soy Estela y a través de Viajes e ideas te llevo de viaje conmigo a diversos lugares del mundo desde el 2012. Además de leerme por aquí, también me encontrarás en Quiero Viajar Sola, mi otro blog dedicado a los viajes en solitario. Mis proyectos han salido en varias ocasiones en medios de comunicación y suelo participar en viajes de prensa para dar a conocer destinos turísticos.

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