Castilla y León es una gran desconocida y me convenzo de ello cada vez que visito algún nuevo lugar. En este caso, te voy a hablar de la visita al Monasterio de la Santa Espina, un antiguo convento con mucha historia situado en la provincia de Valladolid.
Historia del Monasterio de la Santa Espina
La historia de este lugar se remonta al año 1147, cuando doña Sancha de Castilla lo manda construir. Había conseguido una espina de la corona de Cristo por mediación del rey francés Luis el Joven, por lo que quería levantar un Monasterio cisterciense que la custodiase.
Del primitivo Monasterio al actual edificio ha habido muchas obras y reformas, por lo que en él conviven espacios del siglo XII, como la Sala Capitular, del siglo XVI, como la hospedería, o del siglo XVII, como la fachada de la iglesia, obra de Ventura Rodríguez. El recinto funcionó como Monasterio hasta la desamortización de Mendizábal en 1835, cuando los monjes lo abandonaron.
Años más tarde, en 1865, el Marqués de Valderas adquiere el edificio y su viuda, doña Susana de Montes y Bayón lo convierte en un centro de enseñanza agrícola, dirigida por los Hermanos de la Salle. Desde entonces, ha tenido esta función y sigue siendo un lugar de enseñanza de colaboración público-privada.
Qué ver en la Santa Espina
El Monasterio de la Santa Espina se puede recorrer con una visita guiada que cuesta 2 euros. Dentro de este recorrido, se realiza una breve explicación sobre su historia en los exteriores para después visitar el interior.
La Sala Capitular es uno de los pocos lugares del Monasterio que quedan intactos desde su fundación. Data del siglo XII y es una de las Salas Capitulares mejor conservadas en España. Se encuentra en uno de los lados del claustro y destaca por su sobria decoración y por estar abierta para facilitar que todos los monjes pudieran participar en los capítulos (reuniones).
También de las primeras épocas del Monasterio es la Sacristía, del siglo XII. En un origen, toda la parte principal de la iglesia actual, es decir, donde se encuentra el Altar Mayor, estaba ocupada por 5 capillas románicas, y la de la actual Sacristía es la única que queda original. La segunda, tercera y cuarta se han convertido en Altar Mayor y, la quinta, en la Capilla de los Vega.
De aquella quinta capilla románica no queda nada, sino que lo que se puede ver ahora es una decoración de estilo gótico de comienzos del siglo XV. Fue construida por la familia de los Condes de Grajal de Campos para ser su panteón. Es la capilla más bonita y elaborada del Monasterio y se pueden ver a sus lados los enterramientos.
A la derecha del Altar Mayor y la Capilla de los Vega se encuentra la Capilla de las Reliquias. Pese a dar nombre al Monasterio de la Santa Espina, la capilla donde se guarda es bastante sencilla. Existe un pasillo por detrás del altar para poder ver más de cerca la reliquia de la espina y la custodia que la guarda.
Por último, la última capilla del Monasterio es la de San Rafael, a la que se accede por un arco en esviaje, con perspectiva, para que los monjes pudieran seguir la misa. Era la antigua capilla del Abad y posee una imagen de San Rafael, de ahí su nombre actual.
Cómo llegar a la Santa Espina
El Monasterio de la Santa Espina se encuentra en la comarca de los Montes Torozos, en la provincia de Valladolid. La mejor manera de llegar es en coche, ya sea por la N-601 saliendo en La Mudarra o Medina de Rioseco, o por la A-6, tomando las salidas 209 o 211. Desde allí debes seguir las indicaciones a través de las carreteras comarcales, pero en cualquier caso no hay muchos kilómetros hasta llegar al Monasterio. Si no tienes vehículo propio, puedes alquilar un coche antes de visitar la zona, por ejemplo, en Valladolid.
Una buena manera de disfrutar de la zona de los Montes Torozos y la vecina Tierra de Campos es planear una ruta para pasar un día completo recorriendo sus principales puntos de interés. Muy cerca del Monasterio de la Santa Espina se encuentran Urueña, uno de los Pueblos más bonitos de España y Villa del Libro, Tiedra, con su castillo medieval y sus campos de lavanda, Wamba, donde está el mayor osario visitable de España, o Medina de Rioseco, población con mucha historia y donde comienza uno de los ramales del Canal de Castilla.
Como alternativa, y si te gusta mucho el contacto con la naturaleza, puedes llegar al Monasterio de la Santa Espina caminando. Por allí pasa una variante del Camino de Madrid, el Camino de Santiago que une la capital de España con Sahagún, donde conecta con el Camino Francés. Se trata de la etapa 10 que va de Peñaflor de Hornija a Medina de Rioseco, así que es un buen punto para hacer un descanso y conocerlo.
Espero que este post te anime a visitar el Monasterio de la Santa Espina. Yo lo visité haciendo una ruta por la zona en coche y te recomiendo a que hagas lo mismo, ya que hay varios lugares que merece la pena acercarse a conocer.