Hoy te quiero contar qué ver en el Monasterio de Piedra. Tiene un nombre robusto, con cuerpo, de esos que perduran en la cabeza de quien lo escucha. Ahora bien, ¿qué sabes de este lugar? Yo soy de las que había escuchado cientos de veces su nombre, pero lo visité sin saber qué me iba a encontrar. ¡Y menuda sorpresa!

Este artículo forma parte de la guía para viajar por España
Qué ver en el Monasterio de Piedra
Por el nombre podría parecer que es un simple monasterio, hecho de piedra, como tantos otros. En parte es así, ya que evidentemente hay un monasterio construido en piedra, pero hay mucho más. En primer lugar, este lugar cuenta con muchísima historia. El monasterio se fundó en 1194, y en él convivieron diferentes generaciones de monjes hasta que se abandonó en la época de la desamortización de Mendizábal, en 1835.
Unos años más tarde se subastó y Pablo Muntadas lo compró, convirtiéndose en propietario y ‘conservador’ de este espacio. Su hijo se encargó de transformar la huerta del monasterio en un precioso jardín paisajista y destinar el edificio a la hostelería, convirtiéndolo así en un reclamo turístico para la zona desde entonces y hasta hoy.
En segundo lugar, precisamente ese jardín es lo que hoy en día atrae a más visitantes al Monasterio de Piedra. El parque en sí es una joya para los sentidos, ya que el agua fluye por todas partes, apareciendo por los lugares más insospechados. Hay muchísimas cascadas y todas pueden visitarse siguiendo un sendero de unos 5 kilómetros de recorrido.

Monasterio de Piedra y Museo del Vino
Una parte de la visita al complejo del Monasterio de Piedra es el propio edificio del antiguo monasterio. Como te decía, fue fundado en 1194 por monjes cistercienses provenientes de Poblet, gracias a la donación del castillo de Piedra por parte del rey Alfonso II de Aragón y su esposa, Sancha de Castilla. Tras una serie de asentamientos provisionales, los monjes se establecieron definitivamente en la ribera del río Piedra, donde comenzaron la construcción del monasterio en un estilo que transiciona del románico al gótico, característico de la arquitectura cisterciense.
Hoy en día el antiguo edificio es un hotel, y también alberga el Museo del Vino de la Denominación de Origen Calatayud, que se encuentra en las antiguas bodegas del Monasterio de Piedra. Fue inaugurado en 1998 y la exposición se divide en tres áreas principales: «El vino como ciencia», «El vino y la cultura» y «El vino y la calidad». Estas secciones abordan desde la llegada del vino a la comarca y su relación con los monjes cistercienses, hasta los métodos de elaboración actuales y la importancia de la D.O. Calatayud en la zona.
El Baño de Diana
Ya en el jardín, el primer contacto que se tiene con el agua en el parque del Monasterio de Piedra es en esta zona. Dos pequeñas cascadas te dan la bienvenida y te hacen intuir lo que va a venir después, ya que puedes entrever, oir y percibir las gotas del agua que cae en la cascada La Caprichosa, unos metros más arriba.
Cascada Trinidad
Continuando la ruta, y dejando el Lago de los Patos a la izquierda, se llega hasta la cascada Trinidad. Es una de las más curiosas del parque, ya que el agua cae por una pared de piedra recubierta de musgo como por tres zonas, de ahí que se llame la Trinidad.
Cascada La Caprichosa
Siguiendo el recorrido hay varias pequeñas grutas en la montaña, que son la antesala de uno de los puntos más interesantes (e instagrameables) del parque: la cascada La Caprichosa. El agua cae como una cortina desde más de 50 metros de altura y forma una postal espectacular. En su parte alta también existe un mirador para ver cómo el agua cae desde esa altura. ¡No es apto para quienes tienen vértigo!
Gruta Iris y Cascada Cola de Caballo
Antes de llegar al siguiente punto fuerte del recorrido, el sendero transcurre por pequeños puentes y a orillas del río, que forma pequeñas cascadas. Algunas de ellas son los Fresnos Altos y Bajos y la cascada Iris. Es en este punto, cerca de la cascada Iris, donde comienza la parte que más me gustó del parque del Monasterio de Piedra: la Gruta Iris.
Con un poco de misterio y sin saber muy bien dónde te estás metiendo, una pequeña puerta en la roca te invita a adentrarte en la montaña. El recorrido ha dejado de ser un sendero de tierra para convertirse en escaleras modeladas en la roca, que bajan y bajan y bajan. En algunos puntos se abren ventanas naturales y se divisa un pequeño valle con el sonido intenso de un gran chorro de agua cayendo en alguna parte. En otros, las escaleras siguen bajando en un túnel tenuemente iluminado.
Después de un rato bajando escaleras, se desvela el misterio. ¡Hay una gruta debajo de una enorme cascada! Siguiendo un pequeño camino puedes adentrarte en la Gruta Iris y ver las formaciones que el agua ha ido creando en las entrañas de la montaña. Aunque no pare de caer agua, es muy recomendable llegar hasta el fondo (no son ni 5 minutos).
Otro túnel te lleva a la calle de nuevo y, desde allí, tendrás una bonita vista del salto de 90 metros de la cascada que acabas de ver ‘desde dentro’: la Cola de Caballo.
Ya para terminar, después de todas las sorpresas de tanta cascada, queda el camino de vuelta hacia la salida. Pero antes, se puede ver otra cascada muy bonita llamada cascada de los Chorreaderos. Cae pegada a la piedra, cubierta de musgo, parecida a la cascada Trinidad, pero en diferentes niveles.
Cómo llegar al Monasterio de Piedra
El Monasterio de Piedra se encuentra en Nuévalos, en la provincia de Zaragoza. Para llegar, lo más sencillo es ir en coche. Si viajas desde Madrid, tendrás que seguir la autovía A2 y tomar la salida 204 en Alhama de Aragón. Si lo haces desde Barcelona o Zaragoza, debes tomar la salida 231 de la A2 (Nuévalos – Monasterio de Piedra).
Si no dispones de coche, tienes una alternativa que es combinar tren y autobús. Puedes tomar el AVE desde Madrid o Barcelona hasta Zaragoza o Calatayud, y en cualquiera de las dos ciudades enlazar con un autobús de línea que te lleva al Monasterio de Piedra. Ahora bien, este autobús solo circula los martes, jueves, sábados, domingos y festivos, y en un solo horario. Sale a las 9 de la mañana de la estación de autobuses de Zaragoza y pasa por la estación de autobuses de Calatayud a las 10:30. Después continúa hasta el Monasterio de Piedra. Para volver, sale del Monasterio de Piedra a las 17:00 y vuelve a Calatayud y Zaragoza.
Espero que este post te ayude a planificar tu visita al Monasterio de Piedra y sepas qué puedes esperar de tu escapada. A mí me sorprendió mucho y tiene rincones muy bonitos, así que si estás por la zona, te diría que no puedes irte sin verlo.
Estela Gómez
Soy Estela y a través de Viajes e ideas te llevo de viaje conmigo a diversos lugares del mundo desde el 2012. Además de leerme por aquí, también me encontrarás en Quiero Viajar Sola, mi otro blog dedicado a los viajes en solitario. Mis proyectos han salido en varias ocasiones en medios de comunicación y suelo participar en viajes de prensa para dar a conocer destinos turísticos.

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